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Pandemia Patreon

¿Cómo salir de la crisis?

Tomás Pereda en un video interesante de Youtube titulado A hombros de gigantes comenta de forma inteligente algunos elementos que deberíamos tomar en cuenta, particularmente los gobernantes, para gestionar la crisis sin precedentes que estamos viviendo por la pandemia del Coronavirus. Esto resulta especialmente necesario ahora que se incrementan los casos de contagio y la toma de decisiones es crucial para asegurar que salgamos de esta crisis de la mejor forma.

Para un dirigente, de un país o de una empresa, el primer paso para salir de una crisis es rodearse de las mejores personas, es decir, las que cuentan con el talento para tomar las decisiones correctas. El recurso más crítico en estos momentos no son las ideas sino las personas con carácter y prestigio. “Cuando buenas personas con un talento bueno se unen en torno a un desafío común acaban pasando grandes cosas”. En las grandes crisis de la historia, los que lo han sabido hacer bien, nos dan ejemplo de esto. En el año 165 cuando el emperador Marco Aurelio se enfrentó a la peste antonina se rodeó del mejor talento de Roma y les concedió el mayor poder de decisión para salir de la crisis. Cuando Winston Churchill tuvo que reconstruir a su país, dejó la gestión de la guerra en manos de militares y creó un equipo con los mejores profesionales de su tiempo poniendo al frente a Keynes y Beveridge.

La primera batalla para gestionar una crisis es la lucha por la confianza. La certeza de que se están tomando las mejores decisiones normalmente se concede a las personas que tienen prestigio por sus cualidades profesionales y personales. Por otra parte, el gobernante debe saber que el peor enemigo que tiene para gestionar cualquier crisis es su propio ego. Por lo tanto debe pensar si cuenta en su equipo con las personas correctas. Hacen falta inteligencias claras, curtidas en la experiencia reposada de superar uno y muchos fracasos para actuar de forma acertada, especialmente en momentos difíciles. Isaac Newton dijo en un ocasión: “Si he logrado ver más lejos, es porque me he alzado a hombros de gigantes”.

¿Para qué buscar el mejor talento disponible? En primer lugar para escuchar a los demás. Para salir de las crisis es prioritario tender puentes de entendimiento y de diálogo. Solamente de esta forma, se consiguen los acuerdos y los consensos imprescindibles para obtener la colaboración de todos. Para incorporar a todos los ciudadanos en un proyecto común es necesario dejar de lado los modos autoritarios y abrir espacios para una nueva política que toma en cuenta a los que piensan diferente. De esos contrastes y esos consensos es que se alimenta la auténtica vida democrática de un país.

En estos momentos es crucial que todos nos unamos con el único deseo de servir a nuestro país. Que dejemos de lado cualquier interés personal y egoísta. Esta crisis nos puede servir para poner las bases de la Honduras inclusiva, trabajadora y solidaria que puede llegar a ser en los próximos años. Es el momento de cortar de raíz con las actitudes y comportamientos malsanos  que tristemente nos tienen acostumbrados a estar entre los últimos de la fila del desarrollo. Pero esto, no se improvisa, tampoco sale como por arte de magia. Para esto hacen falta los mejores hondureños que quieran de verdad a los demás y que asuman con responsabilidad el papel que les corresponde.

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Cultura

Algunas virtudes de los buenos escritores

Desde mi punto de vista, escribir no es solo poner unas letras junto a otras. Garabatear un trozo de papel tampoco es exclusivamente combinar las ideas con maestría para conseguir darles significados nuevos. Es verdad que se puede jugar con las palabras, igual que un pintor experimenta con colores, pero en mi opinión escribir implica una responsabilidad y un compromiso más profundo. Ya lo dijo alguien en una película famosa: “El hombre es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras”.

Tal como lo entiendo, escribir es por lo menos un acto de humildad, de autenticidad, de valentía y de coherencia. Seguramente me dirán los expertos que también están otras virtudes como la perseverancia y la laboriosidad. Sin embargo, para comenzar estas me parecen fundamentales.

Escribir es en primer lugar un acto de coherencia porque si alguien tiene al menos un poco de honestidad no se atreverá a presentar algo que él mismo no esté al menos intentando vivir. Para los fariseos escribir resulta fácil. Pero esta es una escritura no tiene vida, no deja huella, no transforma. También están los mercenarios que buscan el provecho personal y con tal de conseguir un poco de fama deslumbran con formas pomposas y grandilocuentes. No es de esta escritura a la que me refiero en esta ocasión. Aunque para estos bastaría decir que el tiempo termina mostrando la verdad de lo que cada uno somos. Podemos intentar engañar por una temporada, pero al final salen a flote las intenciones más profundas. A la larga cada uno cae en su sitio llevado por el peso de su propia vida.

Escribir es un acto de entrega tan real que cuando tomas un lápiz y un papel (o la computadora) tienes que saber que en ese ejercicio dejarás tu valiosa intimidad expuesta a la mirada respetuosa, o no, de los demás. Experimentar el apasionante juego de plasmar tus reflexiones por escrito te lleva tarde o temprano a bajar la guardia y a revelar tus realidades más queridas. Aunque no lo percibas, cuando escribes dejas insertadas entre letra y letra tu vida entera: tus miedos y tus fracasos, tus experiencias y tus errores, tus limitaciones y tu grandeza. Para que este descubrimiento no te lleve a la tristeza, debes aprender a no sorprenderte de estas realidades presentes en tu vida. Hace falta ser humildes para no perder el buen humor aunque descubramos que todavía nos queda mucho camino por recorrer. Esta es la nobleza y al mismo tiempo el drama más profundo de la vida humana: descubrir que estamos llamados a los valores más altos y a los actos más heroicos y comprobar al mismo tiempo que nuestra vida llena de tantos contrastes y limitaciones.

Para un lector atento es fácil conocer la vida de un escritor si sabe leer entre renglones. Lo que se escribe es importante aunque muchas veces es más valioso lo que no se dice. Escribir es perder el miedo a mostrarse vulnerable, pequeño y necesitado de mejora. Es más, solamente el que ha vivido la experiencia de sentarse delante de una hoja en blanco y no haber encontrando nada interesante que decir o el que tiene que trabar arduamente para dejar un texto lo menos impresentable posible luego es capaz de no envanecerse cuando consigue escribir algo de cierto valor. En mi experiencia, la inoperancia personal es un aliciente perfecto para el trabajo constante, para la lectura atenta y para la investigación incansables.

En resumen para mi no existen buenos o malos escritores, todos merecen mi respeto y mi admiración. En mi opinión solo encuentro escritores que son sinceros y se muestran tal y como son y otros que no han alcanzado todavía la autenticidad, los que escriben de forma políticamente correcta o se quedan solo la superficie. Cuando se escribe así no se consigue interesar a nadie. Una vez alguien me dijo que lo único que consigue convencer a otros es la autenticidad de ser uno mismo. Y para llegar a esa sinceridad, a esa desnudez, hace falta mucho trabajo interior.

Por lo anterior, no estoy de acuerdo con eso que me dijeron una vez sobre el ejercicio de escribir ficción: “se trata de que aprendas a mentir de la mejor forma”. Para mí, en un buen escritor esto es imposible. Cuando nos muestra mundos nuevos, historias interesantes o utopías inexploradas sencillamente nos presenta facetas desconocidas para el mundo de su propia identidad. Por esto, los buenos escritores no son solo los que cuentan con una proverbial imaginación sino sobre todo los que se conocen muy bien a sí mismos y a la naturaleza humana. Su vida rebosa de humanismo, atesoran experiencias, aprendizajes e imágenes valiosas dentro de sí mismos. Tal como yo lo veo, la creatividad consiste en conectar con el Autor Supremo de todas las cosas. La creatividad es aprender a observar con atención y a mirar de una forma nueva los mensajes que nuestro creador nos comunica. Cuando el pozo interior sube de nivel y comienza a desbordarse con experiencias, ideas y reflexiones novedosas es cuando asistimos al proceso que vemos con claridad en la vida de los genios. Tienen tanto que compartir; han vivido tanto, han pasado por tantas experiencias dolorosas que cuando se sientan a escribir, a componer una sinfonía o a pintar un cuadro nos brindan los maravillosos tesoros de su rico mundo interior. En cualquier caso, crear es un ejercicio de profundo autodescubrimiento.

Dije que hace falta coherencia porque el que está llamado a hablar de nobles ideales debe por lo menos luchar por encarnarlos. Se necesita una gran sinceridad para ser auténticos y mostrar lo que somos en realidad. El escritor requiere de valentía para experimentar mundos nuevos y desconocidos y contar con que muchas veces no será comprendido. En fin, es importante atesorar humildad para darse cuenta que nosotros no somos fuente de nada que valga la pena. La auténtica fuente se encuentra en el buen Dios que nos da las fuerzas y las ideas para perseverar. Tal vez así, algún día el escritor encuentra una vibración que es capaz de remover a alguno para ser mejor.

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Compromiso Lealtad

El compromiso nos defiende en los momentos malos

El hombre es un ser libre. Frente a sí se presentan múltiples veredas que le obligan a decidir por cuál transitar. Es verdad que existe la posibilidad de posponer esa elección o incluso de evitarla por completo pero eso equivale a renunciar a vivir. Para ejercitar nuestra libertad hemos de aprender a decidir cuál es el sendero que da sentido a nuestros pasos. El poder de decisión implica que también poseemos la capacidad de comprometernos.

La auténtica libertad no nos lleva a decidir irresponsablemente, tampoco a hacer lo que nos da la gana. La grandeza a la que está llamado el hombre implica que oriente su vida hacia los valores más importantes, aquellos por los que vale la pena emplear la vida entera. Descubrir cuáles son las cumbres a las que orientar la propia existencia es el primer paso para llenar la vida de sentido. Luego vendrá el compromiso de mantenernos en el camino elegido a pesar de las dificultades que encontremos. Tal es nuestra condición de que si no decidimos bien y nos comprometemos con aquello que nos hace mejores, la vida misma se encargará de que opciones de menor valor nos rebajen e intenten esclavizarnos.

Entendidos así, los compromisos lejos de significar una pérdida de libertad más bien nos aseguran que en los momentos de debilidad o de cansancio sabremos perseverar en el bien. En este sentido me gusta recordar la historia de Ulises cuando después de una temporada en el palacio de Circe decide regresar a Ítaca. La diosa, antes de dejarle partir, le advierte sobre algunas de las aventuras que pasará en los días siguientes. La primera de ellas será encuentro con las sirenas.

Desde su nave, Ulises divisa la isla de las sirenas. El peñasco aparece rodeado de cadáveres cuya carne se pudre al sol en la arena. Los muertos son aquellos que han cedido a la seducción del canto. Al pasar por aquel lugar los navegantes quedaban embaucados y acababan estrellándose contra los arrecifes. Ulises pide a sus hombres que todos se tapen con cera los oídos, y que a él le aten con cuerdas a un mástil del barco. Les ordena que no le suelten por mucho que luego lo pida: “Amigos, atadme con dolorosas ligaduras para que permanezca firme allí, junto al mástil; que me sujeten bien a las amarras, y si os suplico o doy órdenes de que me desatéis, apretadme todavía con más cuerdas”.

Cuando la nave se acerca a la isla las sirenas entonan su canto fascinador: “Vamos famoso Odiseo, gran honra de los aqueos, ven aquí y haz detener tu nave para que puedas oír nuestra voz. Que nadie ha pasado de largo con su negra nave sin escuchar la dulce voz de nuestras bocas, sino que ha regresado después de gozar con ella y saber más cosas (…) Ulises, glorioso Ulises, Ulises bienamado, ven, escúchanos, te diremos todo, cantaremos la gloria de los héroes, tu propia gloria”.

El corazón de Ulises queda seducido de inmediato y desea ardientemente detenerse y escuchar aquellas hermosas voces. Hace señas a sus compañeros para que le desaten, pero ellos siguen remando impasibles, ajenos a los deseos que devoran su interior. Perimedes y Euríloco se levantan y le atan, apretándole con fuerza, según les había indicado antes. Cuando por fin han pasado de largo y ya no se oye la voz de las sirenas ni su canto, sus fieles compañeros se quitan las ceras de los oídos y a Ulises le sueltan de las amarras. Ha pasado el momento de la seducción, del tormento y de la ofuscación en la que pese a estar plenamente advertidos, han estado en gran peligro de caer.

Son muchas las lecciones que podríamos sacar de esta historia. Tal vez el principal mérito de Ulises consistió en aprender a desconfiar de su propia debilidad y tomó las precauciones correspondientes. Con relación a la lealtad a que hemos de guardar con nuestros principios me gusta pensar que estas amarras simbolizan a los compromisos que libremente adquirimos en los momentos en los que contábamos con claridad y paz para hacerlos. Los cantos de las sirenas son las seducciones que encontraremos necesariamente en nuestro camino y que intentarán desviarnos de nuestra meta. Es entonces, en esos momentos de mayor dificultad cuándo más necesarias se hacen esas ataduras que aseguran que no traicionaremos nuestros ideales más altos.

Es fácil ser leales y guardar nuestros compromisos cuando las cosas van bien, cuando el viento sopla a nuestro favor. En cambio cuando aparecen las tempestades, es entonces cuando se muestra nuestra calidad como personas y la fortaleza de nuestros compromisos brillan con todo su esplendor. En esos momentos, los compromisos son como el ancla que mantiene la estabilidad de nuestra nave y evita que sucumban.

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Orgullo

¿Qué es la superioridad moral?

“Nо qυisiera ser nunca como ellos/menos аun haberlo sido”. Εstos versos dе Francisco Brіnes, célebre escritor del grupo poético de los años 50, sirνen pаrа abordar un tema que nо es fácil de analizar, ѕobre todo сuando se trata de nοsotroѕ miѕmοs. Aunqυe el poeta lоs escrіbió para оtrοs finеs, la clarіdad dе ѕus pаlаbras permіten el uso рarа una advertеnсia urgеntе. La sυperiоridаd moral resulta una de estas tendencias preѕente en nuеstra civіlizacіón moderna.

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Caridad

Piensa mal y acertarás

Tal vez la desconfianza en los demás es una de las conductas más difundidas en nuestro tiempo. Tememos tanto ser engañados, buscamos con tantas ansias las seguridades y las certezas que sin darnos cuenta caemos en el defecto de perder la fe en las personas. Dudar, poner en tela de juicio a los demás puede parecer una postura madura y objetiva. Es posible que sea consecuencia del relativismo pensar que detrás de cada supuesta verdad existe un truco, un engaño oculto. Ser suspicaz y desconfiado podría parecer una postura inofensiva, sin embargo, perder la fe en la humanidad tiene más consecuencias de las que parece.

Mi escepticismo me llevó a investigar con más atención este curioso manual del empleado que calló en mis manos. Es posible que sea el más breve del mundo empresarial.

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Cultura Lectura

Compartir el amor por la lectura

Cuenta Gregorio Luri en su pequeño ensayo Sobre el arte de leer: 10 tesis sobre la educación y la lectura la siguiente noticia:

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Familia Trabajo

Las profesiones imprescindibles

Es probable que hayas visto en estos días un video gracioso donde tres niños representan a una familia haciendo una especie de parodia del “home schooling”, una realidad presente en muchos hogares. La madre desesperada porque no conseguía explicar a su vástago algunos temas recurre al padre para que la sustituya en su labor docente. Poco a poco, el padre pasa de la actitud sobrada a la desesperación al comprobar que existen conocimientos que no tiene pero sobre todo no encuentra las formas para motivar que su hijo cumpla con sus deberes escolares. He escuchado varias veces que las profesiones de maestro y de empleada del hogar están siendo mejor valoradas en estos días. Tal vez porque muchos, como el padre del video mencionado, tienen el prejuicio de que para estos trabajos cualquiera es apto y requieren poca preparación y esfuerzo. Una madre de familia me comentaba con ansiedad que necesitaba con urgencia el reinicio de clases para que los maestros le ayudaran en la educación de su hijo. Hace años tuve una conversación con un amigo que consideraba la docencia como una profesión de segunda categoría. Era un excelente profesional y se desenvolvía con mucha competencia en el área de su especialidad. Le animé a que probara a dar clases por una temporada para que conociera de cerca la profesión docente e incluso tal vez descubriera su vocación a la enseñanza. Todavía recuerdo los comentarios de sus alumnos cuando me decían: “Se ve que sabe mucho pero se pone tan nervioso que no se le entiende absolutamente nada de lo que dice en clase”. Al final de los tres meses convenidos este buen amigo reconoció que dar clases a unos adolescentes no es solamente cuestión de saber unos contenidos. Además de mucha paciencia y de un carácter especial se requiere pedagogía que enseña a dosificar y a estructurar los contenidos para volverlos atractivos.

Uno de los problemas que enfrenta la educación actual es la poca valoración de la profesión docente. En este caso, la única que sale perdiendo es la sociedad misma pues la pérdida de la autoridad del profesor conlleva la pérdida de la disciplina y con esta se complica tremendamente la educación de la voluntad del estudiante. Algunos padres contribuyen con este juego malévolo al desautorizar a los maestros delante de sus hijos. Con lo cual el trabajo docente pierde mucha eficacia en su labor de educación en el respeto y en los valores para socializar al joven.

Los trabajos del hogar tampoco son menos importantes pues contribuyen a crear un entorno agradable que facilita la convivencia. El cuidado de los aspectos materiales de la casa no es un tema secundario pues la vida en común requieren un orden y una atención que están llenos de detalles de limpieza, puntualidad y consideración que facilitan que una familia marche bien. Hacer la limpieza, preparar los alimentos, cuidar que todo esté en orden etc. requiere de cariño, sentido común, de una dedicación especial y de unos conocimientos tan variados que hacen de las tareas del cuidado del hogar una profesión completa. Alguien que miraba la importancia de estos trabajos comentaba que cuando terminara la cuarentena le subiría el sueldo a la empleada que en estos momentos se encuentra en su pueblo de origen.

Hacer algunos arreglos en la casa me llevó a acordarme de César quien de forma callada y responsable hace que este trabajo pase oculto. Las plantas de mi casa no tienen ni de cerca el buen aspecto que D. Santos consigue darles con su trabajo dedicado y constante.

Cuántos otros trabajos, a los que tal vez no ponemos mucha atención en tiempos normales, resultan ahora imprescindibles. Tal vez en estos días de encierro involuntario caigas en la cuenta de trabajos que pueden ser minusvalorados como el de los repartidores de periódicos, los que recogen la basura periódicamente, los que hacen encomiendas y llevan enseres de primera necesidad….También pensé en los enfermeros que trabajan en mi casa atendiendo a un sacerdote santo que padece desde hace algunos años un alzehimer severo. Los repartidores de alimentos a las casas están ayudando también a que no falte en los hogares los productos de primera necesidad.

Sin duda esta situación de cuarentena nos cambiaran las prioridades a todos. Ojala que también aprendamos a valorar mejor los trabajos sencillos y humildes que tantas personas realizan para que todo marche bien. Ojalá que aprendamos a valorar mejor todas estas tareas que vuelven la vida en familia más llevadera.

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Corrupción

Se puede dejar de ser corrupto

Estos días escuché algunas noticias en las que se mencionan ciertas dudas sobre el manejo de los fondos para combatir la pandemia del Covid-19 en Honduras. Diferentes sectores manifiestan sus sospechas con relación a facturas sobrevaloradas, enseres innecesarios o compras asignadas a personas allegadas al gobierno etc. Es preciso darse cuenta de que la gravedad de un acto de corrupción se ve incrementado en estas circunstancias en las que muchos compatriotas padecen extremada carencia de alimentos y productos de primera necesidad. Es fundamental dilucidar y desvanecer cualquier falta de confianza en este asunto tan delicado.

En estos momentos existen requerimientos entendibles de parte del gobierno que debe adquirir insumos para atender a las diferentes necesidades de esta pandemia. No es deshonesto ofertar servicios y productos para atender a esta demanda. Sería incorrecto pensar que todos los que venden al gobierno están actuando ilícitamente. También es lógico que en estos días algunos precios se hayan incrementado, simplemente porque muchos países están solicitando los mismos suministros y la demanda ha incrementado. Una simple factura con precios superiores no es suficiente prueba de un comportamiento incorrecto. Haría falta que la autoridad competente analizara esta información en el contexto adecuado.

Los que difunden información que induce a la desconfianza y a la suspicacia deben tener en cuenta que pueden estar cometiendo una injusticia al difundir datos incompletos o incorrectos sin las pruebas o el contexto suficiente. Son corruptos tanto el que infla artificialmente los precios como el que difunde información de forma irresponsable.

En todo caso, el gobierno debe asegurar la transparencia y el buen manejo de los fondos. Tal como menciona la Conferencia Episcopal de Honduras en un mensaje recién publicado, daría más confianza facilitar que entidades de la sociedad civil como el CNA y el Fosdeh realicen auditorías sobre las compras y el manejo de los fondos.

Nunca se justifica una actuación de corrupción. Pero en estos momentos es necesario plantear un cambio para los que se han dejado llevar por actos deshonestos en otras ocasiones. Al pensar de que es posible mejorar el comportamiento en estos temas me hizo recordar una historia escuchada hace algunas semanas. Alexander Havard, un experto reconocido en liderazgo virtuoso, cuenta en su libro Creados para la grandeza lo siguiente:

“Julio de 2013, Mombasa, en la costa del océano Índico. El presidente de la Comisión para la aplicación de la nueva Constitución Keniata me ha invitado a presentar mi sistema de liderazgo virtuoso ante medio centenar de diputados, senadores y gobernadores.

Por mi parte es la primera vez que me dirijo a políticos. Llega el momento de las preguntas, y Gerald Otieno Kajwang se levanta.

Kajwang es un senador famoso, muy corpulento. Con frecuencia ha recurrido a la fuerza física para defender sus ideas.

Pues bien, este individuo coge el micro y dice: ”Alexandre, predica usted a un público que no es el suyo. Somos políticos precisamente porque no somos virtuosos. Somos, todos los aquí presentes, bandidos, y quizá hasta criminales. Es nuestro trabajo”.

La sinceridad de sus declaraciones me cogió por sorpresa. Pero me repuse: -El hecho de que sea usted un bandido y un criminal no supone un problema.

Kajwang me miró estupefacto.

-No, el problema no es que sea usted malo. El problema es que es pequeño. El problema del mal no es el mal en sí: es la disminución del ser, el estrechamiento del corazón, el raquitismo espiritual que implica y la catástrofe estética que provoca. Es la disminución de ser lo que constituye un problema para usted, y estoy aquí para ayudarle a remediar el problema, porque un ser pequeño es un ser feo.

Kajwang se calló humildemente. Al año siguiente murió de un paro cardíaco. Tenía 55 años.

Más tarde me enteré de que cambió profundamente en el mes anterior a su muerte: convirtió su corazón. Había salido de su pusilanimidad ramplona para entrar en la esfera sublime de la magnanimidad, de la grandeza y de la belleza. Kajwang se convirtió en una persona magnífica, un ser noble y libre.

Son muchos los que toleran ser malos, pero pocos los que toleran ser pequeños. Son muchos los que toleran tener una voluntad perversa, pero pocos los que toleran tener un corazón raquítico.

La educación del corazón, eso es lo que todos necesitamos para levantar el vuelo como las águilas y dejar de batir las alas como pollos de corral”.

Se puede dejar de ser corrupto. Al político mencionado en la historia le bastó escuchar una conferencia para reconocer con sinceridad y valentía que su comportamiento no estaba bien. Es verdad que no se cambia de la noche a la mañana, sin embargo en las actuales circunstancias necesitamos autoridades, empresarios y ciudadanos de corazón grande que no piensen exclusivamente en su provecho personal. También hace falta que los que infunden sospechas y desconfianzas infundadas recapaciten. Es posible que su comportamiento imprudente esté motivado por la buena voluntad de ayudar. La buena voluntad es necesaria pero no es suficiente.

Hacen falta virtudes reales para sostener el comportamiento ético de una persona. Y sobre todo, solo las personas virtuosas tienen la fuerza para levantar y sostener a la sociedad en este momento de crisis.

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Apariencias

Las primeras impresiones a veces nos engañan

Cuántas veces nos encontramos con personas que nos causan una mala impresión inicial. A veces nos dejamos llevar por prejuicios o por las etiquetas que colocamos de antemano a personas de diferentes grupos. Una novela que deja en evidencia este tema es Orgullo y prejuicio de la escritora inglesa Jane Austen. Elizabeth Bennet y Fitzwilliam Darcy, los protagonistas de la novela, al inicio de su relación tienen un mal concepto el uno del otro, sin embargo cuando van conociéndose mejor se dan cuenta de sus juicios equivocados.

Ser de raza blanca o de raza negra, de un partido político o de otro, de un país determinado etc. pueden establecer divisiones que distorsionen nuestras relaciones. Las generalizaciones siempre son injustas, es por esto que hemos de acostumbrarnos a emitir juicios sobre los demás solamente después de tratarlos y conocerlos bien. Las apariencias engañan sobre todo en el caso de las personas.

Esto me recordó la historia que vi en días recientes sobre cómo se conocieron más de cerca Larry Bird y Irvin “Magic” Johnson, los famosos jugadores de baloncesto profesional. En el sitio de Intertet “El gurú del deporte” se narra de esta forma:

La década de los 80’s en la NBA fue una de las etapas doradas de la liga norteamericana. En aquella época se vivió una de las grandes rivalidades de la historia de la NBA… Larry Bird vrs. Earvin Magic Johnson, los Boston Celtics vrs. los Angeles Lakers. Aquella rivalidad lo tenía todo. Costa Este vrs. Costa Oeste, los dos equipos más laureados de la NBA, un jugador blanco contra otro negro, un pasado común… todo parecía a favor de la existencia de dos jugadores antagónicos.

La historia de ambos jugadores se entrecruzó por primera ves en las Finales de la NCAA de 1979 donde Earvin Magic Johnson con Michigan State consiguió ganar en la final a la Indiana State de Larry Bird. Fue la primera final entre ambos y la primera piedra del camino de una rivalidad deportiva que duraría prácticamente toda sus carreras. A partir de la llegada a la NBA de ambos en 1980, la comparativa entre Bird y Magic fue continua y se disputaron desde el premio a Rookie del año, hasta MVPs de temporada pasando por los deseados Títulos de Campeones de la NBA.

En el camino del éxito de uno siempre estaba el otro para intentar ocupar su lugar. Aquella relación deportiva derivó en un gran nivel de competitividad entre ambos jugadores que llegó a rozar a la aversión en determinados momentos de sus carreras. No se odiaban personalmente pero tampoco eran precisamente amigos. Todo cambió en el verano de 1985 con un acontecimiento extradeportivo. Converse, que era la marca de zapatillas más famosa de la NBA en aquel momento, propuso grabar un anuncio a Magic Johnson y a Larry Bird.

Ambos jugadores venían de disputar las dos últimas Finales de la NBA, habiendo ganado las primeras en 1984 los Boston Celtics y las segundas los Angeles Lakers. Ninguno de los dos jugadores quería grabar el anuncio pero Larry Bird era todavía si cabe más reacio. Finalmente aceptaron hacerlo con unas condiciones muy especiales en el caso de Larry Bird, si querían grabar el anuncio tendrían que hacerlo en French Lick y Magic Johnson se tendría que desplazar a la ciudad natal de Bird.

Magic lo tomó como una provocación y no dudo en acudir a Indiana a grabar el anuncio. Converse puso sobre la escena a un Magic Johnson en una limusina con matricula LA 32 atravesando los campos de Indiana llegando a una cancha de baloncesto donde le estaba esperando Larry Bird… ambos calzados con la mítica Converse Weapons personalizadas de cada uno. El anuncio tardó en grabarse un día y a mitad de jornada se hizo un parón para la hora de la comida.

Magic fue a regresar a su caravana para comer y descansar cuando recibió la invitación de Larry Bird para ir a comer a su casa donde les estaba esperando la madre de Bird con la comida preparada. Magic aceptó la invitación de los Bird y se fueron a comer todos juntos. Según declaró posteriormente el jugador de los Lakers “La madre de Larry era encantadora, me recordó mucho a mi madre. Se preocupó de que no me faltara de nada”.

Por su parte las palabras de cortesía de Bird tampoco faltaron hacia Magic: “Aquél día conocí a Earvin Johnson; me cae bastante mejor que Magic… fue un día realmente bonito”. Aquel día realmente Magic Johnson y Bird conocieron a Larry y a Earvin.

A partir de ahí la relación entre ambos empezó a mejorar notablemente y terminaron siendo grandes amigos tanto como para que Magic Johnson pidiera a Larry Bird que fuera quien hiciera su discurso de introducción al Hall of Fame. A veces de una gran rivalidad puede surgir una gran amistad y que mejor que hacerlo teniendo como punto de partida una agradable comida familiar en un pequeño pueblo de Indiana.

Las lágrimas en los ojos de Irving “Magic” Johnson al final del documental Magic & Bird A Courtship of Rivals muestra la sinceridad de su amistad con Larry Bird. En 1991 cuando le detectaron VIH a “Magic” Johnson su némesis deportivo Bird estuvo junto a él para apoyarlo.

Acostumbrarnos a tener buenos amigos que son diferentes y que piensan de forma muy distinta a la nuestra puede ser una habilidad que podemos desarrollar. Solo hace falta de nuestra parte un poco de apertura de mente, mucha comprensión y perder el miedo al riesgo de que otros nos juzguen de forma equivocada. Entonces nos daremos cuenta de que nuestras buenas acciones hablarán mil veces más fuerte que nuestras palabras.

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Familia

Algunas ideas en la educación de los hijos

Un padre de familia notaba que su hijo varón estaba llegando a la edad en la que quería compartir con él su principal pasión: el fútbol. Sin embargo tenía dudas de llevarlo al estadio a ver un partido porque sabía que el ambiente tal vez no sería el más adecuado. Seguramente su hijo se encontraría con un vocabulario poco apropiado y todavía no quería exponerlo a esos inconvenientes. Un día su mujer lo notó más pensativo y el esposo le comentó sus dudas con relación a la afición futbolística que quería compartir con su hijo. Me contaron que ella contestó algo así: “Mientras nuestro hijo no escuche las malas palabras de parte de su padre, todo estará bien”.

Aunque los hijos no quieran aceptarlo, sobre todo en la adolescencia, los padres ejercen un poderoso influjo sobre ellos durante toda su vida. En estos días de mayor convivencia familiar, es natural que los padres se interesen de forma especial en la educación de sus hijos. Al estar en casa, es inevitable que los más jóvenes se fijen en el comportamiento de sus padres, en como afrontan las adversidades de estos momentos, en la alegría y el espíritu de servicio con que acometen las labores domésticas etc. Estar en la casa elimina la excusa en la que caen con facilidad algunos padres diciendo que carecen de tiempo para atender a sus hijos. Es verdad que algunos tal vez estarán más apretados en su horario que lo habitual pues además de atender las obligaciones del trabajo es lógico involucrarse en estos días en las diversas tareas que surgen en la convivencia familiar.

Como mencionaba en la historia del inicio, el ejemplo de los padres es fundamental. Los hijos se fijan en todo, en lo que sus padres hacen o dejan de hacer. Esto requiere de parte de los padres una mayor conciencia de vivir ellos mismos en primer lugar los valores que quieren ver reflejados en el comportamiento de sus hijos. Recuerdo que hace algunos años un papá me hablaba muy contento sobre las correcciones que le hizo su hijo pequeño de seis años. En este caso, mi amigo sin dudarlo llevó a su hijo al estadio y no pudo evitar lanzar algunos comentarios fuertes en contra del árbitro. El niño pequeño volteó a ver a su padre y le dirigió una advertencia parecida a esta: “Papá, entonces ¿en qué estamos?”. Mi amigo tuvo que reconocer que no había actuado bien e hizo el propósito de rectificar. Luego me comentó que algunos días después estaba llevando a su hijo a la escuela. Como no tenía tanto tiempo tuvo la tentación de saltarse la fila que estaban haciendo los otros automóviles para entrar a la escuela. Cuando el niño notó la intención de su padre bastó una mirada para hacerle entender que él no estaba conforme con ese comportamiento.

La educación más que en dar órdenes o en dirigir sermones a los hijos está en ser conscientes de la gran responsabilidad que carga sobre los hombros de quien desee ayudar a otros a ser mejores. Me lo decía un papá que está esperando el nacimiento de su primer hijo en los próximos meses: “El mejor regalo que puedo darle a Luis Alberto es esforzarme en ser un buen padre desde el primer momento y para esto necesito incorporar algunas virtudes en mi propia vida”.

La ejemplaridad es fundamental. Pero también lo es el esfuerzo por conocer, de verdad, a los propios hijos. ¿Cuáles son sus ilusiones? ¿Qué le gusta? ¿Cuáles son sus principales dificultades de carácter? Igual que un médico sería irresponsable si no se esforzara por conocer a sus pacientes y descuidara acertar con el diagnóstico, de la misma forma, los padres de familia deben poner un especial empeño por profundizar con mirada atenta, agudizada por el amor, en cuál es la verdadera personalidad del hijo. Para las madres de familia esto puede resultar más fácil debido a su intuición natural femenina y a la conexión de cariño y ternura que ellas establecen con sus hijos. Para los padres varones, tal vez más racionales y menos intuitivos, el conocimiento de los hijos requiere más dedicación desinteresada de tiempo, horas de juego o conversación juntos y sobre todo mucho estudio y reflexión posterior sobre cada uno de los hijos.

En mi experiencia de formación con niños y adolescentes algunas veces he constatado con cierto dolor que los hijos no tienen confianza con sus padres. Se dan casos en los que los jóvenes se sienten más queridos y comprendidos por sus amigos o por personas ajenas a la familia, simplemente porque no han encontrado la apertura o el tiempo que necesitaban.

La amistad entre padres e hijos tal vez surja de compartir una afición como el fútbol. Más de un caso se ha visto en que de un padre muy aficionado a un deporte surge un hijo con otros intereses. En cualquier caso nace del cariño y la dedicación de tiempo. Con la atención y la escucha, aunque a veces cueste tener paciencia para atender a las menudencias de los hijos. Sin embargo la principal conexión padres-hijos surgirá sobre todo con el esfuerzo por llevar una vida auténticamente ejemplar.

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